‘Anne with and e’ es la nueva versión de la novela ‘Ana de las tejas verdes’, una serie donde respirar amor y amistad. Disponible en Netflix.
No creo ser la única persona que a menudo entra en conflicto consigo misma sintiéndose tóxica, vil e inhumana. Mis vicios que, aunque yo considero pecados mortales debido a la exageración de mi personalidad, para otros se tornan absurdos e infantiles. Pero, ¿qué hay de quienes sufren por el dolor que se aflige al prójimo? Son tantas las dudas que me asaltan, las preguntan que me inquietan al ver ‘Anne with an e’ que no puedo dejar de recomendarla. No será Euphoria (HBO), tampoco Élite (Netflix) y, sin embargo, es una de las mejores series de adolescentes jamás hechas. En ella no hay drogas, tampoco hay Internet ni ciberacoso y, a pesar de todo, no lo necesita para mantenerte atenta, para removerte, zarandearte y hacerte llorar de felicidad, de alivio o tristeza.
Anne Shirley es una niña de trece años que ha vivido moviéndose entre hogares y orfanatos. Un día por error es enviada para vivir con los hermanos Cuthbert, Marilla (Geraldine James) y Matthew (R.H. Thompson), quienes deciden acoger a un niño para que les ayude en las tareas de la granja. A pesar de su accidental llegada, su bondad, inteligencia e imaginación se hará con los corazones de los Cuthbert y de los vecinos de Avonlea.
Una serie para todos los públicos
Aunque muchos son los que la considerarán naïf, éste no es más que un recordatorio del cinismo imperante de la sociedad actual. Con los ojos puestos en la manera que tenemos de relacionarnos en la actualidad, a ratos resulta inverosímil que puedan llegar a existir personas tan bondadosas y libres de prejuicios. ‘Anne with an e’ es un viaje al pasado donde los personajes se desarrollan entorno a la vida comunitaria en la que, por supuesto, también hay villanos. Una serie coral donde cada personaje tiene algo que enseñarte. Desde Matthew y Marilla, los hermanos Cuthbert, hasta Cole (segunda temporada) y la tía Jo. Son tantos y tan variados las aventuras de Anne que son vividas rápidas, proporcionándote un remanso de paz a tu ajetreo y cabreo semanal. Porque, queridos, si algo nos caracteriza a los de nuestro siglo es estar viviendo en un constante enfado.
La soledad se cura
En 2019 la otrora primera ministra de Reino Unido, Theresa May, creó el Ministerio de la Soledad para luchar contra una pandemia que asola a la isla europea, donde al rededor del 13,7% de su población (unos nueve millones de personas).
La soledad, que mata a cientos de personas más allá del Canal de la Mancha, es uno de los temas centrales de ‘Anne with an e’, en la que la joven Anne aterriza en la vida de dos solitarios hermanos a punto de comenzar la vejez. Ella no solo les trastoca su rutina si no que les ofrece motivos para vivir, provocando que los muros que protegen el corazón frío de Marilla y la timidez y solitud elegida de Matthew dejen de ser.
Libertad para ser, amar y pensar sin prejuicios
Si hay algo que realmente me entusiasma de ‘Anne with an e’ es la manera en la que define a sus personajes. Lo que hacen está en correspondencia con lo que dicen, en una interpretación actual de lo que otrora fuera la ficción. La homosexualidad, la libertad de ser y amar están presentes en personajes tan variados como la tía Joe o, el mejor amigo de Anne, Cole. Lecciones que, aunque parezcan anacrónicas, son verosímiles en la construcción del relato tan alejado de la mercadotecnia como cercano a las almas sensibles.
Lo Cuento 
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